30 abril 2010

Improvisación literaria de La Noche de los Libros


Dentro del marco de La Noche de los Libros, el pasado 23 de abril de 2010, tuvo lugar la improvisación literaria "A medio camino entre la intimidad y el exhibicionismo" en la cafetería del Círculo de Bellas Artes organizada por mí y que contó con la presencia de Roberto Enríquez (Bob Pop), Eduardo Halfon y Marta Sanz, que fueron turnándose en la construcción de un texto ante un público expectante, y la ambientación sonora de DJ Flow. Este vídeo, realizado por Gonzalo Munilla, es una pequeña muestra del evento.

26 abril 2010

Para una narrativa líquida (2)


UNO. Vamos a imaginar una clasificación hipotética de la narrativa, que, como todas las clasificaciones, será arbitraria.
Imagine una narrativa a la que llamaremos sólida, espacialmente arquitectónica porque que acoge una historia en su interior, porque genera un espacio; una narración en la que todas y cada una de sus partes deben estar meditadas, calculadas, de tal modo que el artefacto resultante sea eficaz, opera como un sólido mecanismo en el que nada debe faltar y nada sobre, porque, ante tal ausencia o exceso, el mecanismo no cumpliría con su objetivo fundamental, el de ser ante todo eficiente lo contrario llevaría a que, bien por exceso de peso o bien por falta de elementos sustentantes, la construcción narrativa que se pretende se vendría abajo.
Frente a ella se encuentra una narrativa que vamos a adjetivar como líquida, fluctuante o fluida, que es dúctil, que toma la forma del continente en el que se introduce ya que no tiene forma determinada, que no genera un espacio sino que lo ocupa, y que permite una estructura cambiante, donde la presencia o ausencia de sus elementos no modifique su esencia, puesto que es, ante todo, un líquido que podrá perder parte de su todo, unas gotas o unos chorros, o que puede rebosar en su recipiente, pero no por ello verá modificada sus propiedades ni características esenciales.

DOS. Como de narrativa hablamos, y la narrativa está hecha de realidades y no de abstracciones, pasemos a poner ejemplos que sirvan como paradigmas de ambas tipologías.
Quizás el ejemplo más evidente de esa narrativa sólidamente planificada, meditada y construida bajo ese arduo proceso de concreción de ideas previas, y que sigue así la idea de que la narrativa es un vehículo de un mensaje más importante que la escritura en sí, sea la narrativa de Vargas Llosa. Estupendas novelas como La casa verde, La ciudad y los perros o Conversación en La catedral. Novelas que ambicionaban introducir en su interior todos los aspectos de la vida, novelas totales las llamaron, y que por ello han sido cuidadosa, meticulosamente planeadas y construidas.
Pero, ¿cuáles serían los ejemplos de esas novelas “líquidas”? Pienso en César Aira y sus singulares “novelitas” –el nombre, lejos de ser peyorativo, es el que, acertadamente, él ha elegido para sus libros-, donde lo de menos son conceptos como “argumento”, “estructura”, o “mensaje”, ya que lo importante en sí es el texto, el cuerpo del discurso en sí. No el texto como vehículo, sino como objetivo; no el texto como plasmación del mundo, sino como un entorno en sí en el que el lector se sumerge y donde pueden llegar a ser más relevantes las sensaciones que se experimentan durante la lectura que las ideas que se transmiten a través de ella. De hecho, la idea primera es no necesitar un destino al que llegar para ponerse a escribir, sino hacerlo siguiendo una deriva, un impulso, ya que el acto per se de la escritura puede ser, en sí mismo, la herramienta necesaria para desarrollar razonamientos, para pensar hasta llegar si bien no a conclusiones, sí a cartografías del proceso de nuestro pensamiento. Convertiría a la escritura pues en una meditación registrada, el rastro que deja el pensamiento.

TRES. Carlos Labbé es, en este sentido, un narrador singular. Sobre todo porque en sus novelas, en las tres que ha publicado hasta la fecha –Libro de plumas , Navidad y Matanza y la recién editada Locuela (Periférica, 2009)-, se mueven en la tensión entre esas dos divisiones que me he permitido trazar, la concepción de unas narraciones con un mensaje unitario pero que al mismo tiempo disfruten de muchas de las características de las “narraciones líquidas”.
Por un lado se hace evidente a cualquier lector que se acerque a ellas que en sus novelas sí existe una intención constructiva. Que subyace en todo el momento el deseo de comunicar con la novela un mensaje, lo que no implica que dicho mensaje sea la parte más importante del acto comunicativo. Por ejemplo, en el caso de Locuela, hay todo un aparataje de diversos procedimientos que quieren dar al libro la apariencia de una novela más o menos tradicional, de una “narración sólida”.
Como la convergencia de diversos narradores. Por un lado está la novela policial, de serie negra, que sirve como excusa “genérica” para el texto. En torno a los quince capítulos que la forman se entrevera la narración que van realizando los otros narradores. Por un lado las cartas que remite La remitente a El destinatario, por otro lado la narración en sí de las vivencias de El que escribe la novela, el mismo “destinatario”, a través de un diario que se desdobla en una constante tensión entre la confesional primera persona y una narración en tercera persona. La novela se construye mediante la yuxtaposición de esos fragmentos, pero se trata de una construcción premeditada, intencionada y dirigida, que tan sólo se ve interrumpida por del Manifiesto Corporalista del final del libro, a modo de interpretación hermenéutica del corpus del libro.
Aquí radica la piedra de toque de la lectura del libro como un mensaje a la espera de ser descifrado, puesto que la aparición de dicho movimiento transforma radicalmente la novela construida hasta ese momento ante el lector. Por un lado porque convierte una narración que pivotaba en la tensión entre la novela policíaca y el trabajo académico de un alumno –es llamativo el uso tipográfico de los números de página, que se colocan siempre en el borde inferior derecho de la página, y no en oposición simétrica como sucede en la maqueta habitual, para enfatizar el formato de los ensayos escolares salidos del procesador de textos-, en otra cosa: finalmente en la única pieza de una vanguardia artística que nace y muere con este libro, el Corporalismo, y que debe mostrarse junto a un pequeño cuadro que ha servido como eje de buena parte del discurso del relato, la idea del texto como una mera écfrasis –descripción de un elemento visual dentro de la narración- de algo, quizás del movimiento, quizás de su formación, quizás de su praxis negada. Lo ambicioso del entramado conceptual del libro nos habla pues, a las claras, de una intención anterior, de un punto de partida conceptual que ha sido, más tarde, vertebrado narrativamente. En ese sentido hay una filiación clara con el tipo de narrativa sólida ya aludida.
Pero, por otro lado, Carlos Labbé es plenamente consciente de que la lectura de un libro, y más de una novela, termina siendo una inmersión, un bucear dentro del mundo que nos propone el autor. Un mundo que sólo existe en el texto, ya que es ahí donde se zambulle el lector. Por tanto,el texto es cuerpo y materia del mundo que se nos ofrece. Y, como ocurre siempre cuando nos sumergimos en un líquido, lo primero que se aprecia es el drástico cambio entre el aire que nos envolvía y que pasa a ser, ahora, un envoltorio líquido. Dicho de otro modo, lo que el lector se encuentra dentro de las páginas de Locuela no es un entramado meticuloso, al contrario, sino la misma locuela, el habla desencadenada e irrefrenable a la que aluden en las citas que abren el libro Barthes e Ignacio de Loyola. Lo que importa es la construcción de otro mundo desde el lenguaje, desde la ficción. Y un mundo no tiene excesivo sentido, sencillamente es. El mundo es atributivo. No tiene una función determinada, está, es o parece. Por eso la escritura de Labbé aborda la creación de un universo y no la mera transmisión de un mensaje, como ocurre con esas novelas totales que, paradójicamente, se ven obligadas en su búsqueda de totalidad a cercenar y acotar la realidad ya que esta no se puede meter en una novela. No, Labbé sabe que el entramado intelectual de una novela, la creación de un nuevo mundo, de un universo al que huir, heredero sobre todo del Santa María de Onetti en esta novela, debe pasar, ante todo, por la construcción de un universo nuevo desde el discurso y su materia, el lenguaje. Locuela no es una novela, es un mundo, un decir que se torna real. Su ambición no tiene límite. Afortunadamente todavía se escriben libros así.
Carlos Labbé, Locuela, Periférica, Cáceres, 2009
Texto aparecido en la revista Quimera, número 317, de abril de 2010

24 abril 2010

Primeras fans

Las lectoras de poesía se muerden las uñas por las ganas de leer Poesía en mutación

(Invitamos a que remitan nuevas muestras de los ejemplares que vean por ahí a: poesiaenmutacion@gmail.com)

Buenosaurios

Hasta los dinosaurios quieren leer Poesía en mutación, por algo será...
(Invitamos a que remitan nuevas muestras de los ejemplares que vean por ahí a: poesiaenmutacion@gmail.com)

22 abril 2010

La Noche de los Libros (23 de abril de 2010)



23:30h. A medio camino entre la intimidad y el exhibicionismo
Eduardo Halfon (Guatemala), Marta Sanz, Bob Pop (Roberto Enríquez) y
Antonio Jiménez Morato (concepto y coordinación del evento).
Acompañamiento DJ Niño Helado
Improvisación literaria, performance escrita
La Pecera del Círculo de Bellas Artes. Cafetería.
Entrada libre

¿Escribir delante de todo el mundo? Desde luego parece algo novedoso porque todos hemos pensado que la labor del escritor es propia de la intimidad y del recogimiento, hasta el punto de que llega a ser casi impensable que un escritor acepte el reto de exhibir ante un público sus tics, sus modos de escritura, sus pequeñas manías. Pero, realmente, la escritura tiene mucho de lucha, de pulsión, y eso puede ser concebido como un espectáculo de primer orden. Más todavía si el autor acepta el reto de dejar que el público entre en su intimidad. Lo más novedoso de la propuesta es lo que tiene de inserción del lector en el tradicionalmente íntimo momento de la creación literaria. Realmente, un escritor raptado por la creación es lo más parecido a una performance que podemos imaginar. Lo que sucede es que donde el bailarín usa su cuerpo el escritor trabaja con el cerebro, donde la expresión corporal se dibuja en el movimiento el escritor va disponiendo las palabras, un perpetuo movimiento al que rara vez se tiene acceso. Nunca se tiene la oportunidad de presenciar ese proceso. Pero eso se debe a que nunca se ha invitado a un escritor a realizar su trabajo en público.
Pero no se trata tan sólo de acceder a la intimidad del escritor, de romper la barrera del pudor, sino también de franquear el paso al laboratorio de la escritura, de permitir que el espectador entre en el texto. Lo que diferencia a una improvisación literaria del espionaje a un escritor es que él es consciente de que está ante un público, de que está realizando una pieza que se acerca mucho a una performance. No tiene el público leyéndolo, sino que tiene un público con el que interactuar, con el que dialogar, en el que inspirarse, del que huir, al que seducir. El escritor no sigue trabajando en su despacho con una cámara que le espía, al contrario, el público interactúa con él. Está ante él, lo lee en el mismo momento en que crea, contempla sus correcciones, los arrebatos, los arrepentimientos, el éxtasis de la creación, la lucha contra el material con el que se trabaja. Un momento único, una experiencia para recordar.

21 abril 2010

Escaparates


Jesús Alonso, amigo editor y librero, nos hace llegar estas estupendas instantáneas de la librería Pasajes, situada en la calle Génova de Madrid. Una esquina por la que paso casi a diario y no había reparado en el acertado escaparate. Lo digo para que tomen nota el resto de los distinguidos libreros de la acertada elección de los amigos de Pasajes.

Nótese que en el exigente escaparate de la librería tan sólo acostumbran a tener libros extranjeros o verdaderas piezas maestras. A mí me gusta especialmente tener como compañeros a Copi y el Shopping and fucking de Ravenhill entre otros. Veo premios Nobel y escritores insoslayables, que diría Armas Marcelo.

Hay que agradecer a Jesús el detalle e invitar a libreros a imitarle, y a los lectores a comprarla, que todo viene bien en esta época de lecturas superficiales e insulsas. Además, cada autor sale más barato que un café, un pavo. El editor va de regalo.
(Invitamos a que remitan nuevas muestras de los ejemplares que vean por ahí a: poesiaenmutacion@gmail.com)

19 abril 2010

Más avistamientos


Gonzalo, un Tipo Infame, se aprovechó de mi benevolencia para hacer estas fotos de las mutaciones de la poesía en los servicios de caballeros de los bares. Cualquier diría que andan buscando plan en otras antologías, o trasnochando con otros antologistas...



(Invitamos a que remitan nuevas muestras de los ejemplares que vean por ahí a: poesiaenmutacion@gmail.com)

14 abril 2010

Egolatría

Hay gente que no debe tener mucho criterio, porque lejos de hacerme una pregunta, una tan sólo, me han hecho 25. Juan Terranova, uno de esos escritores que merecen más espacio del que tiene en los medios me las mandó por mail para que las contestase y las ha colgado en la web del divertido proyecto: 25 preguntas

12 abril 2010

Momento histórico

Esta semana, en la tienda virtual de la Casa del Libro, aparece como número 1 de ventas de ficción el libro de Stella Gibbons, La hija de Robert Poste, editado por Impedimenta. En la lista aparece por delante de las novedades de Julia Navarro, Arturo Pérez-Reverte, Matilde Asensi o Stephenie Meyer.
Cualquiera que haya pasado por aquí alguna vez sabrá la poca, por no decir ninguna, estima que se tiene aquí por las listas de libros más vendidos, premios literarios y demás informaciones que no hacen más que establecer un escalafón falso que nada tiene que ver con la literatura.
Ahora bien, el hecho de que a uno le de igual todo eso no obvia que vive rodeados de congéneres que no piensan igual que uno, y que sabe, perfectamente, de la tendencia del ser humano a actuar de modo gregario imitando lo que hace el vecino.
Por esas y por muchas otras razones, por ejemplo porque el libro es divertido y es mucho mejor que los bodrios a los que ha adelantado en la mencionada lista, no quiero dejar de alegrarme y de recomendar a la gente que imite al vecino. Esto es, que en vez de comprar esos libros siempre iguales compre este, que es igual, también -de no serlo no estaría en el primer puesto de esa lista-, pero menos y que algo más reportará a sus lectores.
Y, por supuesto, darle la enhorabuena a Enrique Redel, que se lo ha currado para que todo esto suceda.
Al escribir esto me he acordado de la camarera que regenta el café que está en la esquina de la plaza de San Vicenç de Sarriá con la calle de Mañé y Flaquer. Durante la última visita que hicimos a Barcelona entramos junto con el editor de Alpha-Decay a tomar un café allí y cuando él se presentó como editor, y a mí como autor, la camarera nos habló del placer que los libros de Impedimenta le producían. Se había hecho la propuesta de irse comprando todos los libros de la editorial a medida que le fuese posible. Ya tenía seis o siete, nos dijo, y casi todos le gustaban una vez leídos y siempre le resultaban atractivos cuando los veía en las mesas de novedades. Le dijimos que le comentaríamos a Redel que tenía una fan en Sarriá. No me he acordado hasta hoy y no se lo había dicho todavía. Así que así tiene dos regalos, un montón de compradores y una lectora fiel.
Hala, a la librería, y compren, por una vez, el libro que está como el más vendido.

02 abril 2010

Íntimos desconocidos


No les conozco de nada y, sin embargo, de un tiempo a esta parte visito a menudo el ágora del pensamiento que han creado, en la que de vez en cuando me invitan. Un modo seguro de conocer la derrota del pensamiento antes de que naufrague en la sociedad de la obsolescencia: salonKritik
La imagen es de Alexander Kosolapov

01 abril 2010

Segundas muestras

No sólo se están avistando ejemplares en terrenos boscosos, también en ambientes urbanos:


Seguimos a la espera de los análisis pertinentes de los acontecimientos
(E invitamos a que remitan nuevas muestras de los ejemplares que vean por ahí a: poesiaenmutacion@gmail.com)