En un mundillo como el literario, donde los egos tanto abundan, es doblemente interesante la labor que algunos colectivos están llevando a cabo.
Hermano Cerdo es, sin duda, uno de los proyectos más interesantes que se pueden encontrar hoy. Porque, entre otras ocupaciones, tiene verdadero interés en la traducción, una traducción no remunerada y, precisamente por eso, hecha con todo el cariño del mundo. Después de casi un año sin actualizaciones han dado a luz el número 24, que es una generosísima muestra del Cuento norteamerciano contemporáneo. Y lo más relevante es la humildad con la que dicha selección se presenta: no pretende ser un escaparate de lo más representativo, ni de tendencia alguna, sino tan sólo la deriva que las lecturas y la amistad ha ido construyendo a lo largo del tiempo. Un recorrido sorprendente y más que interesante, muy alejado de los tópicos que sobre la literatura de aquellas tierras nos hemos hecho.
Verdaderamente recomendable, como todo lo que viene de Hermano Cerdo. No sé cómo siguen leyendo esto en vez de haber usado el enlace para leer los once cuentos.
La imagen es de
Blackaller, que ha realizado las ilustraciones del especial