09 julio 2010

Las virtudes de lo inmediato


Lo que se consideraba, en el pasado, cultura letrada (que era la única cultura legítima, por lo menos para los letrados) ya no organiza la jerarquía de las culturas y subculturas. Los letrados, ante esto, eligen entre dos actitudes posibles. Unos lamentan el naufragio de los valores sobre los cuales se fundaba su hegemonía como letrados. Otros celebran que los restos del naufragio hayan llegado a la costa, donde van armando un artefacto para explicar en qué consisten las nuevas subculturas y los usos populares de los desechos audiovisuales, Los primeros desconfían de las promesas del presente; los segundos, neopopulistas de mercado, creen fervientemente en ellas: los primeros son viejos legitimistas, porque todavía respetan una jerarquía cultural donde la cultura de la letra tenía un lugar hegemónico seguro, al abrigo de las pretensiones de otras formas culturales. Los segundos son los nuevos legitimistas, porque en el naufragio de la cultura de la letra y del arte culto, instalan su poder como descifradores e intérpretes de lo que el pueblo hace con los restos de su propia cultura y los fragmentos de la cultura massmediática de los que se apodera. Las cosas se han invertido para siempre: los neopopulistas aceptan una sola legitimidad, la de las culturas producidas en el cruce entre experiencia y discurso audiovisual; y consideran que los límites puestos a la cultura culta son una revolución simbólica en la cual los antiguos sojuzgados se harían dueños de un destino independiente por medio de las artesanías que fabrican con el zapping y otros recursos tecnológicos de la cultura visual. Ambas posiciones se enfrentan según una fórmula que se hizo célebre hace casi treinta años: apocalípticos (hoy diríamos viejos legitimistas, defensores irreductibles de las modalidades culturales previas a la organización audiovisual de la cultura) e integrados (los defensores asalariados o vocacionales de las industrias audiovisuales y de su nueva legitimidad cultural).
Beatriz Sarlo, Escenas de la vida posmoderna

Tanto tiempo pensando en cosas que decir sobre el asalto de una concepción de la literatura como mera glosa de la televisión y el cine, y a la vuelta de la página la Sarlo me ha regalado un párrafo que viene a situar, muy nítidamente, el estado de la cuestión.

La fotografía que ilustra la imagen es de Thomas Hawk