El autor Aunque llegó a ser presidente del Consejo de
Estado tras la revolución de 1830, institución de la que ya formó parte durante
los “Cien días” que precedieron a la derrota definitiva de Napoleón en
Waterloo, y dedicase sus mayores esfuerzos a titánicos ensayos, es por sus
novelas y diarios por lo que hoy es recordado.
En síntesis Este entretenido libro narra las peripecias de
un joven noble que se lanza a descubrir el mundo armado tan sólo de dos
virtudes: una capacidad única de congeniar y enamorarse de las mujeres
inteligentes, y una facilidad casi inverosímil para quedarse sin dinero y tener
que depender de amigos y familiares para salir del paso.
Cita Ella era la única persona con la que charlaba
libremente, porque era la única que no me aburría con consejos y reconvenciones
sobre mi conducta.
Comentario Más allá de unas memorias que se leen con una
facilidad admirable –la traducción de Manuel Arranz es ejemplar-, lo mejor del
libro es transportarnos a un mundo que, no por lejano en el tiempo, deja de ser
actual, porque todos nos podemos sentir identificados con el protagonista,
porque todos fuimos jóvenes aprendiendo a vivir.
Benjamin Constant El cuaderno rojo Periférica, Cáceres, 2008
Publicado en el diario Público el 2 de febrero de 2008