03 mayo 2012

Dos artículos sobre La maravillosa vida breve de Óscar Wao de Junot Diaz


Ganadora del premio Pulitzer y del premio de círculo de críticos estadounidenses, elegido como mejor libros del año por la revista Time y el New York Magazine, llega a las librerías la estupenda novela de Junot Díaz.

El autor
Junot Díaz (1968) ha tardado once años en escribir su novela. La espera ha merecido la pena. Las críticas recibidas por su libro de relatos, el inaugural Drown (Los Boys en la edición española), lo situaron como uno de los escritores más prometedores de su generación. Ahora confirma ser una figura de referencia tanto en la literatura anglosajona como en la hispana. Porque, y aquí es donde radica buena parte de la atención mediática lograda, es la primera vez que un libro abiertamente hispano en la temática y el lenguaje recibe este respaldo crítico.

En síntesis
Óscar Wao es un auténtico nerdo: dedicado a los juegos de rol, los cómics y los subgéneros literarios, gordo, tímido, es incapaz de entablar una conversación con una mujer, y eso le hace sentir que la vida se le está escapando entre los dedos sin poder hacer nada para remediarlo. Su energética hermana, su tenaz madre, su abuela, lo empujan a salir de su aislamiento, pero tan sólo al pasar un verano en la República Dominicana, la tierra de su familia, encontrará sentido a su vida.

Cita
"Escribió: ¡Así que esto es de lo que todo el mundo siempre está hablando! ¡Diablo! Si lo hubiera sabido. ¡La belleza! ¡La belleza!"

Comentario
Tan sólo el paso del tiempo confirmará la importancia de esta excelente y pionera novela en la Historia de la Literatura. Pionera por el uso de una lengua mestiza, que bebe de las tradiciones anglosajonas e hispanas para generar un nuevo lenguaje lleno de expresiones insólitas y especialmente expresivas, como nerdo, fukú, fokin, etc. La excelente traducción de Achy Obejas, que respeta al máximo esa particular mezcla, hace que la lectura de esta novela sea un verdadero deleite.
Pero, más allá del estilo, otras de las novedades es establecer un nuevo marco de referencias que imposibilitará a buena parte de la crítica académica la plena comprensión de este libro. Además de la revisión histórica –de la dictadura de Trujillo y de la inmigración dominicana a los Estados Unidos-, y de las numerosas referencias culturales que integra en su discurso –conviene no olvidar que tanto el narrador, Junior, como el protagonista, Óscar Wao, se conocen porque ambos participan en un taller de escritura universitario-, lo más innovador del libro es la utilización de una serie de referencias despreciadas por la élite intelectual durante muchos años pero que son, en sí, el verdadero sustrato en el que se ha formado toda una generación de artistas norteamericanos y, por extensión, de todo el mundo. Cómics, juegos de rol, novelas de fantasía, se ven en esta novela situados en el mismo plano que Vargas Llosa o Conrad, con criterio y acierto, por descontado, y eso supone una interesante revisión del escalafón cultural. Y, aún así, lo que encontrará el lector por encima de todo esto es una historia arrebatadora, profundamente esperanzadora sobre la condición humana y la capacidad de convertirnos en héroes por la fuerza del amor.

Junot Díaz, La maravillosa vida breve de Óscar Wao, Mondadori, Barcelona, 2008
Publicado en el diario Público el 31 de mayo de 2008



Las claves de Óscar Wao

Cómics
La novela de Díaz se abre con una cita extraída de la época clásica de Los cuatro fantásticos, en la que Stan Lee se pregunta que le importan las vidas anónimas y breves de los humanos al devorador de mundos: Galactus. Y se cierra, casi, con una cita de Watchmen, el sofisticado tebeo de superhéroes de Alan Moore en la que Doctor Manhattan le dice a Veidt que “Nada nunca termina”. Lejos de un antojo, es una buena muestra del reciclaje de cultura tradicionalmente despreciada como menor. Pero es la que ha formado a Wao y a Yunior, el narrador de la historia. Aunque conviene no dejar a un lado que termina con una magnífica y esperanzadora por inversa cita de Conrad: “¡La belleza! ¡La belleza!”

Fantasía
Junot Díaz ha declarado que fue la lectura de un ensayo de Tolkien la que le dio el tono para la novela que quería escribir, y que al construir a Óscar Wao pensaba no sólo en un Wilde pronunciado con acento dominicano, sino en un hobbit, en alguien tan extraño al que se le terminase cogiendo cariño. Pero es que, además, el mayor deseo de Óscar es convertirse en el primer, y mayor, novelista de fantasía del Caribe, el Stephen King dominicano, y a la escritura de esas novelas dedica buena parte de sus esfuerzos además de a rondar a las mujeres que le ignoran siempre. Wao se redime cuando es capaz de encontrar en la realidad su propia novela, y vengar así a su familia.

Rol
Si lee cómics y fantasy, debe ser un freak, o un nerd. Pero lo es más que nadie. Incluso sus amigos de partidas lo ven como alguien excesivamente raro, por eso ellos ligan, aunque sea con chicas raras, y él no. Pero, esa idea de jugar a ser un héroe terminará siendo su único entrenamiento cuando le toca serlo de verdad en la República Dominicana. No es sólo su modo de moverse por el mundo, también es su modo de entenderlo, la gente no se queda impactada, sino que recibe ciento diez puntos de daño, la vida es una partida de rol donde cada uno interpreta a su personaje.

Diccionario
Cel: Celular, teléfono móvil
Domos: Modo coloquial de aludir a los dominicanos.
Fly bachatero: Artista dedicado a la bachata y resto de ritmos caribeños que triunfan en todo el mundo.
Fokin: Transcripción fonética de fucking. Significa jodido o maldito.
Fukú: Surge de la expresión fuck you. Maldición que afecta a los miembros de la familia de Óscar, pero también a todos los que violentan la isla dominicana. El primer afectado por el fukú fue Colón.
Jevas: Chicas
Jonronero: Nacida del término beisbolístico home run. En principio se usa para las estrellas que despuntan como bateadores en ese deporte, por extensión se usa para hablar de alguien especialmente bello o interesante que llama la atención allá por donde va.
Loser: Perdedor. Aplicado sobre todo en lo social.
Nerd/nerdo: Tipo raro, extraño, que se pasa el día devorando subcultura y suele ser tener una inteligencia analítica muy desarrollada pero nulas habilidades sociales. El parecido de la palabra con lerdo es evidente.
No-toto-itis: Toto es la entrepierna femenina. Por lo tanto es evidente que se trata de unas ganas irrefrenables de practicar sexo.
Pariguayo: De la expresión party watcher, aquel que va a las fiestas a mirar o que las ve desde fuera porque no sabe bailar o no tiene con quién. Óscar es un pariguayo a su pesar.
Portorros: Modo coloquial de aludir a los puertorriqueños.
Requetefokin: Aumentativo. Muchísimo.
Yuan: Moneda china. Usada en expresiones del tipo: no me queda un yuan.
Zafa: Hechizo de protección contra el fukú, es lo que te “zafa” del fukú. La novela es la zafa de Yúnior.
Publicado en Público el 11 de junio de 2008