10 diciembre 2007

Donde hay esperanza hay vida


No hace muchos días decidí otorgar el galardón de mejor blog en castellano a YoEtc de Martín López-Vega, y al hacerlo tuve en consideración a su gran rival, que no es otro que El síndrome Chéjov, de Miguel Ángel Muñoz. Si finalmente opté por el de Martín creo que se debió a que envidio toda la poesía qeu él ha leído, mientras que no envidio las lecturas de Miguel Ángel Muñoz porque son compartidas.
Lo que sí envidio es su energía, su voluntariosa dedicación y sus iniciativas. Hace unos meses lanzó una consulta para decidir el mejor libro de cuentos de los últimos veinticinco años. Por encima de lo arbitrario de la cifra, y de los curiosos fenómenos que desencadenó dentro del mundillo de los cuentistas -que, como el de los cervantistas o el de los coleccionistas de barbies, es tan reducido que todos nos conocemos entre todos-, a saber: envío de correos electrónicos pidiendo votos, correpasillos criticando estos envíos mientras sus lacayos le votan a él, etc.
Pero mucho más interesante es la que ahora ha lanzado. Se trata de un selección de autores noveles -o inéditos- que semanalmente irán apareciendo en el blog y en otros que se ha abierto a tal efecto.
La semana pasada, el primero fue Manuel Benet, con una serie de textos muy interesantes. La casualidad ha querido que esta semana me encuentre con un amigo y tallerista en la lista, José Antonio Ruiz. Digo tallerista y no esas cosas como alumno o discípulo porque me parecen de una pedantería insoportable, y porque pienso que en un taller de escritura no se convierte a nadie en escritor. Uno ha entrado ya por la puerta del taller -o se ha inscrito en el curso a distancia, como en el caso de José Antonio- siendo un escritor. Un taller le facilitará el camino pero no le va a convertir en escritor. Los talleres, lo ha dicho uno muchas veces, sirven sobre todo como proceso de formación lectora, de vertebración de un criterio estético, y de conocimiento de uno mismo y del medio. Y si uno, además, tiene la vocación y la capacidad, será escritor.
Conoce uno a muchos escritores -en el sentido de personas físicas que publican- que han pasado por un taller y siguen convencidos, sólo por eso, de que son escritores. Incluso los hay que se creen buenos novelistas o editores. Pasmoso.
Por eso hay que alabar bitácoras como la de Miguel Ángel Muñoz -no voy a poner aquí el enlace porque desde hace dos años está en la lista de enlaces recomendados de este blog- e iniciativas como la de los inéditos, donde puede uno encontrar maravillas como las que ha escrito José Antonio Ruiz.
Mi más sincera enhorabuena a los tres, Miguel Ángel, José Antonio y Manuel: Los inéditos del síndrome