Por eso puede inducir a error el título de una película fundamental: The pervert's guide to cinema es un film ambicioso con una densidad inusitada para lo que se estila en el medio. Sophie Fiennes -sí, la hermana del actor- tuvo la genial idea de pedir a Slavoj Žižek que escribiese un guión sobre la importante labor del cine como medio de expresión y de vivencia de nuestros deseos más íntimos, como escenario de nuestras perversiones y lugar idóneo donde expresarlas y vivirlas. Por todos es conocido el interés del filósofo y psicoanalista esloveno por el cine, de hecho no ha dejado de reconocer en todas las entrevistas que realiza que es un director de cine frustado, y su capacidad para conectar con el destinatario de sus libros gracias a la claridad de su expresión es proverbial.
Žižek escribió un guión preciso en el que un puñado de películas fundamentales sirven como ejemplo y vehículo para explicar conceptos fundamentales de psicoanálisis y construir el ensayo de profundo calado que es esta cinta. La directora procedió a reconstruir algunos de los escenarios de las películas o a recuprar las localizaciones de las mismas para encuadrar en ellas al propio Žižek hablando a la camara, al espectador. El resultado es un documental de dois horas y media intensísimas en las que se alternan fragmentos de películas clásicas y fundamentales con el discurso del propio filósofo, siempre con buen ritmo y acertada distribución de profundas reflexiones con un omnipresente sentido del humor.
Ver esta película no deja a nadie indiferente, no puede dejarnos incólumes. Yo la vi en el festival de cine IndieLisboa en el que he estado recientemente y las opiniones eran diversas. Algunos habían huido porque no les interesaba el matiz psiconalítico del film -esto es, si no se habla del cine a secas consideran que el cine no debe aceptar otras visiones que lo analicen, con lo que castran al medio de modo terminante-, y otros habían quedado fascinados por las interesantes iluminaciones que se realizan en la película sobre la capacidad del cine de usar o reflejar realidades simbólicas de espectro más hondo de lo que en principio puede parecer.
Yo soy, sin duda, de los segundos. Y ante algunos de los comentarios que escuché -un crítico, uno que parece simpático casi de un poco tonto, despreciaba la película porque está estructurada en tres partes de 40 minutos cada una, lo que, según él, demuestra la clara intención de pasarla en las televisiones como una miniserie, aunque como ya le dije, yo no acababa de entender que eso fuera un problema- u otro, que dijo que le parecía una verdadera chorrada el análisis de la casa del protagoista de Psicosis como una plasmación clara y muy efectiva de la división en ello, ego y superego, pese a que cualquiera que escuche los razonamientos de Žižek descubrirá una interesante y novedosa explicación de la narrativa de esa película. O sea, que esta cinta, como toda gran obra de arte, sirve como instrumento de clasificación entre seres pensantes y tontos -aunque muchas veces estos tengan voz en medios de comunicación y estén convencidísimos de descubrir el Mediteráneo cada semana.
Los que, a mi juicio acertadamente, se acerquen a esta película -y para hacerlo van a tener que recurrir al fabuloso mundo de las descargas de Internet o gastarse una pasta comprándola a través de la web de la película porque no se vende en ningún otro lado ni tiene pinta de que la vayan a distribuir en España en breve- van a tener que esforzarse para entender el discurso de Žižek en inglés y sin subtítulos, pero recibirán la interesante recompensa de descubir un nuevo modo de mirar y de asimilar el cine, y, lo que es más importante, una intensísima lección de vida, de los mecanismos que nuestra mente utiliza e internarse así en un proceso de autoconocimiento subyugador.
Este ensayo que se presenta en un formato audiovisual es, sin duda, una de las más interesantes propuestas que tenemos disponibles hoy en día, y sería absurdo no acercarse a él por prejuicios. Por un lado los de los lectores de las obras de Žižek o aficionados a la filosofía -si se puede ser aficionado tan sólo, porque en realidad supone un modo de vida- pueden pensar que una película es un soporte demasiado banal, y se equivocan y el propio Žižek lo demuestra aquí. Por otro lado están los aficionados al cine que se verán sorprendidos por el novedoso acercamiento que se propone desde este film, y tal vez les ahuyente esa densidad inusitada, pero se equivocan porque este es un canto al cine, una verdadera muestra de pasión por las capacidades y excelencias de este arte como nunca he visto. Ver esta película de principio a fin es mejor que haberse tragado todos los debates del programa de Garci -y, ojo, que estoy siendo benévolo y pensando en los pocos buenos que ha habido.
No se la pierdan, se la recomiendo encarecida y pervertidamente.
Sophie Fiennes The pervert's guide to cinema P GUIDE LTD