Cada uno de los cuentos de Blandiana nos
obliga a cuestionar no ya las ideas preconcebidas sobre este género o nuestra concepción
del mundo, sino la función y la necesidad mismas de la escritura y la palabra.
Citas “Al fin y al cabo, el hombre más rico del mundo no es el que más come
o el que mejor viste, sino aquel que puede hacerlo en todo momento.”
El
autor Otilia Valeria Coman vivió, a través de la
condena y muerte de su padre, las injusticias de una dictadura. Se le negó el
derecho a estudiar en la universidad por ser la hija de un “enemigo del
pueblo”. Adoptó como apellido el nombre del pueblo de su madre y, con tan sólo veintidós
años, publicó su primer libro de poemas. Viajera infatigable como periodista
–participó en el Mayo francés-, en los años setenta fue hostigada por la
censura, que llegó a confiscar todos sus libros. También su labor lírica ha
sido internacionalmente reconocida.
Síntesis Los invitados a una boda son detenidos y exiliados en diversos páramos
de la geografía rumana donde aprenden a sobrevivir. Un delfín muerto escucha,
varado en la playa, como unos hombres y niños dudan de su autenticidad. Una
profesora universitaria decide criar pollos en su casa para evitar las colas de
racionamiento y el hombre que la abastece de miel le vende a buen precio una
docena de huevos. Los estupendos cuentos del libro cuestionan la oposición
entre ficción y realidad.
Comentario Una de las realidades más terribles que nos ha enseñado la historia es
que, frente a la fugacidad del presente y la rigidez del futuro, tan sólo el
pasado puede ser, en realidad, objeto de transformación.
¿Hasta qué punto nuestra vida no es más que
una continua reformulación de nuestro pasado? Los cuentos de Blandiana giran en
torno a esa hipótesis, a la pertinaz sospecha de haber cometido una falta, un
error, que estamos obligados a purgar de un modo u otro. La resignada
aceptación de la condena que se impone a los protagonistas del cuento que da
título al libro nos remite a dicha culpa. El castigo que se les impone,
paradójicamente, les protege de sus vecinos, les da tiempo y excusa para
desarrollar una estricta supervivencia, un día a día ajeno a las presiones de
la sociedad.
¿Hasta qué punto estamos preparados para
asimilar la irrupción de lo extraordinario en nuestra vida cotidiana? En “Aves
voladoras para el consumo” –posiblemente uno de los relatos más bellos que he
leído-, donde una profesora universitaria se ve sorprendida por el nacimiento
de una docena de ángeles empollados en su terraza sin intuir lo que realmente
eran, se plantea la necesidad de la ficción y la imaginación para hacer frente
a las situaciones más duras de la existencia. La aparición de lo fantástico en
estos textos subvierte los tópicos a que estamos acostumbrados, en lugar de una
brecha inquietante en la lógica causal aparece como un rayo de esperanza, una
oportunidad para algo mejor. Quizá porque la opresiva realidad de la dictadura que
persiguió a la autora invertía los términos habituales. ¿Cómo es posible que
hayamos permanecido tanto tiempo sin la literatura de Bandiana?
Ana Blandiana, Proyectos de pasado, Periférica, Cáceres, 2008
Aparecido en el diario Público en abril de 2008