El propio Bowie, muy generosamente, ha dicho –copio de una cita reproducida en la edición del disco- que “hasta que Seu Jorge no ha grabado mis canciones acústicamente en portugués nunca había escuchado este nivel de belleza con que las ha dotado”. Ahí es nada, un compositor agradeciendo y reconociendo al sinceridad y belleza que aporta a unos temas propios un completo desconocido.
Pero es la pura verdad. Cuando uno escucha estas canciones no puede sospechar que se trata de versiones, compuestas sobre las melodías anteriores, parecen engastadas desde su nacimiento, como si siempre hubieran ido unidas. Yo tengo algo de miedo de buscar por ahí los discos de Bowie, porque no sé a ciencia cierta si no me va a parecer que hay alguien usando las canciones del disco de Seu Jorge, y creo que así describo de un modo bastante exacto la sorprendente reelaboración y creación que ha logrado el creador brasileño.
Este es un disco que puede gustar a muchos, a los fanáticos de Bowie, a los de la música brasileña, pero también a todos los que busquen una grabación donde, por encima de cualquier otro condicionante, brille la honestidad. Y la verdad, algo muy difícil de encontrar hoy día.
Mi vida parece más interesante con esa banda sonora. Qué le voy a hacer.
The life aquatic studio sessiones featuring Seu Jorge