Cada vez son más, vuelven con un aire sombrío, su mirada delata el desaliento. Sí, parece la redacción de un alumno de instituto que está hablando de los que vuelven de vacaciones. El trabajo. Si el trabajo es salud que trabajasen los enfermos reza el dicho. Pero todos trabajamos, y cuando, por circunstancias personales, nos vemos privados del trabajo parecemos seres sin rumbo. Hasta los ociosos tienen su trabajo, porque cuesta mucho no hacer nada.
El trabajo es un infierno, dejémonos de chorradas. Laurent Quintreau se dio cuenta de ello -no hace falta ser muy inteligente, la verdad- y escribió una novela sobre la jungla laboral en la que nos vemos sumidos. Somos mercancía, más o menos valorada, más o menos preciada por las empresas. En medio de ese panorama transcurre Margen bruto. Si quieres llevarte un ejemplar tienes que mandarnos lo que le harías a tu jefe.
Se malvado, él lo es contigo cuando llega la hora de revisar las condiciones de tu contrato. Y no te olvides de que en este blog puedes hacerle lo que quieras, él no se va a enterar.