19 diciembre 2005

Los regalitos de la Navidad

Cuando llegan estas fechas en las revistas, los suplementos de los periódicos y demás medios de comunicación impresa se sucede ese engendro de variado grosor -aunque siempre de un grosor mucho más evidente que en cualquier número del año, a veces es hasta un número extra que se acompaña con el habitual- que se llama, indefectiblemente, Extra Navidad. Suele llevar el subtítulo de Regalos para todos, o algo por el estilo.
Y la verdad es que es uno de los títulos más honestos que se pueden poner, porque uno, que algo conoce el mundo de la prensa, puede afirmar, y afirma, que esos números se hacen para colmar de regalos a los redactores, directores, comcerciales y demás trabajadores de los citados medios, que se ahorran unas monedillas en bienes y regalos para las navidades.

Yo tuve una novia, una loca o una arrojada, cualquiera de los dos adjetivos podía calificar su patología, que trabajaba en un suplemento dominical de amplio aspecto. Sus familiares y yo mismo recibíamos unas pocholadas maravillosas por Navidad. Su madre tenía los mejores utensilios de cocina que uno pueda imaginar, su padre se deleitaba con unos vinitos del diez, su hermano tenía las últimas chorradas tecnológicas y a mí me caían unas ediciones ilustradas monísimas, que en algunos casos siguen siendo la envidia de las chicas que tienen un pequeño rastro de cultivadas y pasan por casa a tomar un café.
Por eso, cada vez que veo que se acercan estas fechas y en los periódicos, las revistas y toda publicación medianamente seria, aparecen esos especiales de Navidades, llenos de originales ideas para regalar, me reconforta saber que tanta gente recibirá sus regalos estas navidades.