22 mayo 2007

Redefinir de los espacios

Dentro de la exquisita -por diseño y por textos- colección Mínima de la editorial Gustavo Gili se han recuperado dos textos del arquitecyo y diseñaodr Charles Eames. La verdad es que su obra destaca, sobre todo, dentro del campo del diseño, puesto que su obra arquitectónica has sido constantemente atacada, y se debe, en buena medida a los planteamientos que expone en uno de estos dos textos recogidos en este libro.
Publicado en 1944, ¿Qué es una casa? debió incomodar mucho a los arquitectos del momento. En ella plantea las líneas fundamentales que luego pondría en práctica en su labor como diseñador. De hecho se puede decir que este texto es, más que el de un arquitecto, el de un diseñador de casas, que sabe que puede dar a luz un modelo fácilmente reproducible en grandes cantidades que permita un rápido realojamiento de la multitud de familias que estaban ya en la calle o se iban a quedar sin techo en breve a causa de los efectos de la guerra mundial que estaba a punto de acabar.
La casa Eames, un ejemplo de vivienda modular de fácil fabricación y montaje es un ejemplo único de hasta dónde podía haber llegado la arquitectura siguiendo los postulados de este utópico que supo vislumbrar los peligros del ego y el afianzarse a los materiales de siempre en la construcción.
Por fortuna o por desgracia, el trabajo de Eames a gran escala no cuajó dentro del imaginario común ni convenció a los promotores. Una visita a la casa Eames -no es necesario ir hasta California, ya que la red mundial nos permite hacernos una idea bastante aproximada de cómo estaba planificado este edificio vanguardista- sirve para añorar el modelo, sobre todo cuando uno camina por cualquiera de las enormes y feas barriadas del desarrollismo de cualquier barrio de las afueras de nuestras ciudades.
Charles Eames redirigió entonces su trabajo a un sector donde, esta vez sí, obtuvo un reconocimiento casi unánime y sirvió como ejemplo y motor de una industria que hoy nos es tan común como el agua corriente o la luz eléctrica de los enchufes -pero que son bienes que disfruta tan sólo una cuarta parte de la humanidad a pleno rendimiento, conviene no olvidarlo- la del diseño.
Los muebles diseñados por Eames son hoy piezas de museo, reconocidas e imitadas -en mi casa de alquilar la casera me dejó una mesa imposible que está montada sobre una estructura de acero como la de las sillas de Eames, pero que en mesa se convierte en algo verdaderamente idiota- y que en una casa destacan como una muestra del afán más o menos arty del propietario.
El texto ¿Qué es el diseño? es una entrevista que le hizo L. Amic en 1972. Aquí puede verse ya a un lacónico Eames que responde de modo sucinto a las cuestiones o dudas que se le plantean. El texto serviría, eso sí, como introducción a cualquier curso de diseño que se quiera plantear.
Experimentado, triunfante, el texto contiene perlas como:
P: ¿Cuáles son los límites del diseño?
R: ¿Cuáles son los límites de los problemas?
Y contiene un principio fundamental para entender en qué consiste la labor de un diseñador.
P: ¿Admite restricciones la creación en diseño?
R: El diseño depende en gran medida de las restricciones.
P: ¿Qué restricciones?
R: Las suma de todas ellas. Éste es uno de los pocos factores clave a la hora de afrontar el problema del diseño -la capacidad del diseñador de reconocer tantas restricciones como sea posible-, su buena disposición y entusiasmo por trabajar dentro de estas restricciones: restricciones de precio, tamaño, resistencia, equilibrio, superficie, tiempo, etc.; cada problema tiene su propia lista de restricciones.
En este libro podemos, pues, entender los mecanismos de trabajo y los principios ideales sobre los que trabajó uno de los más brillantes constructores del mundo tal y como hoy lo conocemos. Un mundo hecho en serie, sí, pero no coercitivo, y que intentó, en todo caso, plantear un mundo más uniforme, pero también más bello.

Charles Eames ¿Qué es una casa? ¿Qué es el diseño? Gustavo Gili, Barcelona, 2007