Me entero por Addenda de que ya se están lanzado los buitres de la autoedición sobre los autores de blogs. La autoedición es uno de los fenómenos más curiosos y extraños de la vida cultural. Resumiendo, vendría a ser algo así: Cuando uno no encuentra un editor suficientemente loco como para pagar la edición de su libro, hay unos avispados que le "editan" a uno su libro y le dan unas ochenta copias por unos trescientos sesenta euros. Evidentemente, hay gente que está dispuesta a pagar esas sesenta mil pesetas de antes por tener ochenta libros muertos de risa en casa. Porque, y aquí es donde radica lo más importante de este negocio, nadie se compromete a venderlos. Lo de que el autor participe en los costos necesarios para editar un libro es algo que, en algunos casos, hasta los grandes grupos editoriales hacen. Yo, que trabajé en uno de esos grandes grupos, en el más grande, a qué engañarnos, vi como editábamos libros infumables porque alguien ponía el dinero necesario para sacar el libro a la calle, y nosotros sólo nos teníamos que preocupar de hacerlo y promocionarlo. No es mal negocio que buena parte de los gastos fijos de un libro los pague un tercero, piensa el editor.
Lo que no está tan claro es lo de estas empresas de autoedición que se dedican a malvender los sueños de la gente. Porque los que caen en este tipo de timos son, para mayor inri, los más incocentes del mundo, que realmente piensan que por pagar los cuatrocientos euros van a ver su libros en los escaparates de las librerías.
Lo primero que hay que dejar claro es que esa edición cuesta tan sólo 200 euros, casi la mitad, y que el resto se los lleva una persona por hacer la transacción, meter un texto en una maqueta y poco más.
Pues bien, ahora la idea es que los autores de blogs se dediquen a escoger los textos que más les gustan y editen un libro.
No estaría mal si fuese un interés verdadero, lástima que sea un timo como cualquier otro. Por si hay gente que todavía piensa que estoy siendo duro, les diré que la empresa en cuestión no tiene problemas en anunciar entre sus servicios el de negros literarios, que creo que es un delito. A lo mejor ellos nos pueden decir muchas más cosas que Ana Rosa sobre Sabor a hiel -aunque a lo mejor la quien más sabe del libro es Ana Botella, que suponemos que para presentarlo se lo leyó, o tal vez le dieran el texto ya escrito también.
Yo, que puedo decir que tengo un libro publicado aunque no sea mi nombre el de la cubierta -bueno, mi nombre no aparece en todo el libro, porque uno es un negro como dios manda, esto es, anónimo- sí que conoce el sabor de la hiel, sobre todo cuando lee uno o ve en un programa de vida social a la actriz en cuestión hablando de lo que le costó escribir "su" libro tras recibir la medalla de oro al mérito en el trabajo -disculpen que ponga el nombre del premio en minúsculas pero veo jubilarse a muchos españoles después de cincuenta años de vida laboral sin la medallita de marras.