Hoy toca ponerse sensiblero -o sensible, va en gustos- y celebrar la llegada de nuevos lectores del blog. Suponemos que, del mismo modo que su padre saca un poco de tiempo en la oficina entre llamadas a directores comerciales y el envío de correos electrónicos masivos con las últimas chorradas que pululan por el ciberespacio para echarle un ojo a la bitácora, sacará algo de tiempo para que este recién llegado aprenda rápido a leer y pueda disfrutar de las excelencias literarias y de la fina ironía que destila este webblog.
Vaya por Esther y Rubén, que han traído al mundo un nuevo duendecillo -la facción familiar materna lo llama koala- y por Iván que, a fin de cuentas, es el prota de toda esta historia.