La Fundación José Manuel Lara, que está realizando una labor encomiable desde una perspectiva editorial, tiene un agujero negro entre las actividades que se arropan bajo su manto. Se trata, como cualquier persona medianamente atenta a lo que sucede en el mundillo editorial español, del Premio de Novela de la Fundación.
La idea del mismo era bastante buena, pretendía funcionar como el Premio Booker, que es uno de los más prestigiosos en el mundo anglosajón, sino el que más, y que premia una novela publicada por un autor vivo perteneciente a uno de los países de la Commonwealth.
Lo que sucede es que, como casi siempre pasa en estas cosas, la copia no ha salido tan buena como el original. Por de pronto, si uno visita la página web del premio Man Broker –que es como se denomina desde el año 2005- uno puede encontrar, entre otras cosas, la descripción del proceso de selección de las obras, algo que no sucede en el premio de Novela de la Fundación José Manuel Lara. En las bases del premio británico se especifica que cada editor puede enviar dos novelas al jurado. Además, un vencedor del premio puede proponer una, y los finalistas de los últimos diez años otra. Los jueces que han de decidir al ganador, son escogidos por un comité que está obligado a informar en todo momento de cambios de reglas y mantener el secreto de las deliberaciones. Dicho comité selecciona un jurado formado por un crítico, un académico, un editor, un autor y una figura de prestigio. Dicho jurado tiene total independencia y debe leer un mínimo de ocho de las novelas presentadas y un máximo de doce. El premio, 50.000 libras para el autor, junto con el prestigio y ventas que genera, hace que sea un premio muy deseado.
En el premio español no sabemos, de salida, quién demonios es el jurado del premio. Son “representantes” de las editoriales que acordaron fomentar el premio. La selección de la novelas no es menos oscura, ya que sabemos que cada editor propone dos libros para el premio del resto de las editoriales. Premio que paga Planeta, por cierto, que es el principal valedor de la fundación y cuyo premio consiste en 150.000 euros, que no son para el autor, sino para que se vuelva a hacer una campaña publicitaria promocionando de nuevo el libro y el premio en sí.
Así de salida yo veo muchas diferencias, desde la metodología de selección –en la inglesa el editor propone los que cree sus mejores libros, en la española tenemos que creer que el editor propone los mejores libros de la competencia-, pasando por el jurado –en la inglesa se hace público y está formado por profesionales de prestigio, en la española son grises personajes que no sabemos por qué están ahí-, hasta la finalidad del premio –en el premio británico se gratifica al autor por hacer bien su trabajo, en el español una editorial se ahorra impuestos a base de promocionar publicitariamente libros suyos o de la competencia y un prestigio inexistente en torno a un premio. Otro tema es que en España los únicos premios que se ha dado a libros publicados hayan estado siempre condicionados por el gobierno de turno y los intereses de todo tipo que se quisieran poner en práctica. –Si alguien piensa que no es cierto lo que digo puede ver la lista de premios Cervantes que se han entregado y verá que junto a premiados indiscutibles hay premios como los de Loynaz, Jiménez Lozano o Rojas que no se entienden demasiado si pensamos que, por ejemplo, Marsé todavía no lo ha obtenido, porque uno no se imagina a Marsé queriendo entrar en la Academia, donde entraron Muñoz Molina y Pérez Reverte, y donde quiere entrar ahora Marías, pero no se podría negar a un premio tan justo como ese.
Si vemos la lista de premiados y finalistas de los Broker vemos que hay muchísimos autores que no nos suenan demasiado, pero sí hay obras indiscutibles en la lista. Porque el jurado premia novelas. En cambio, la lista del premio hispano es un poco más atolondrada.
Voy a consignarla, para evitar suspicacias, la que aparece en primer lugar fue, cada año, la ganadora:
2002- El cielo raso, de Pombo, Soldados de Salamina, de Cercas, Lo real, de Gopegui, Romanticismo, de Longares y La aventura del tocador de señoras, de Mendoza.
2003- El arpista ciego de Moix, Los aires difíciles de Grandes, Tu rostro mañana de Javier Marías, Sangre a borbotones de Reig y El mal de Montano de Vila-Matas.
2004- Veinte años y un día de Semprún, El tiempo de las mujeres de Ignacio Martínez de Pisón, Kensington Gardens de Fresán –por cierto, el primer hispanoamericano y eso que reside en Barcelona-, Trece rosas de Jesús Ferrero y Los amigos del crimen perfecto de Trapiello.
2005- Al morir don Quijote de Trapiello, 2666 de Bolaño, Memoria de mis putas tristes de García Márquez, Castillos de cartón de Grandes, La mosca soldado de Veloz Maggiolo –otro desliz de amistad hacia la mayoría de los hispanohablantes.
2006- Doctor Pasavento de Vila-Matas, La velocidad de la luz de Cercas, Una palabra tuya de Elvira Lindo, Canciones de amor en Lolita’s Club de Marsé, Un encargo difícil de Zarraluki.
Vamos a hacer números: Dos ganadores de Planeta –Destino es de Planeta, por si alguno lo duda-, dos de Anagrama y uno de Tusquets –que es lógico puesto que son, junto a Alfaguara los principales editores de autores hispánicos.
En total hay seis finalistas de Planeta. Otros seis Anagrama, también con dos premios. Tusquets ha tenido, de momento uno por convocatoria, esto es, cinco. Alfaguara ha ido menguando poco a poco, uno en cada una de las dos primeras y luego nada. Su lugar lo ha cogido el otro grande, que sí que participa en el premio, Beterlsman, con dos. Siruela, que pertenece a un grupo grande pero ahora no me acuerdo a cuál, otros dos. Y como comparsa está por ahí una divertida novela de Lengua de Trapo.
Editoriales pequeñas, nada. Tan sólo grandes y con presencia importante en el mercado, tanto español como extranjero. Siempre españoles, y siempre autores que ya gozan de prestigio –lo de Veloz Maggiolo, Reig y Fresán está claro que fue un despiste, no por malos, sino porque son demasiado desconocidos para el gran público.
Este año en Tusquets se ha editado la trilogía de Ramiro Pinilla, ¿donde está esa novela? Tal vez el problema es que son tres tomos y los editores españoles no leen. O al menos los editores de Anagrama, Destino, Espasa, Lengua de Trapo, Mondadori, Planeta, Plaza & Janés, Pre-Textos, Seix Barral, Siruela y Tusquets, que son los consultados. Por cierto, Espasa se conoce que no edita buenas novelas, ni Pre-Textos. En fin, que, como siempre, los datos demuestran el paupérrimo nivel de la edición –y los que se encargan de ella- por estos lares. No voy a decir que las novelas ganadoras sean mejores o peores, aunque a mí alguien me tiene que explicar cosas como lo de Moix, la verdad, pero sí desde luego que no están , no de lejos, todas las que son, y que, desde luego, no son todas las que están.
De lo de los premios que se inventaron el año pasado de la novela más vendedora y la de mejor recepción crítica mejor no hablo, porque lo primero es desvergüenza y lo segundo abracadabrante.
No quiero, por cierto, acabar sin felicitar a Vila-Matas, un autor que puede gustar más o menos, pero que ha demostrado una treyectoria coherente y personalísima hasta el día de hoy.