07 diciembre 2008

Como un juguete recién abierto


Para Ramón y Poti

El aluvión de informaciones, de estímulos que recibimos día tras día nos va anestesiando poco a poco. No, no es nada original, desde luego, cualquier se da cuenta. Sirva como ejemplo el hecho de que cuesta mucho, muchísimo, revivir la sensación de sorpresa, de fascinación, con la que descubrimos muchas de las cosas que se han convertido en parte de nosotros mismos: libros, autores, música y películas. Experiencias que ya nadie puede decirnos que no son de nuestra propiedad.
Por eso, cuando se revive esa sensación uno rejuvenece un poco, se convierte en ese adolescente que fue, y el mundo se vuelve un poco más nuevo, más reluciente. Y parece que se hace de día más pronto, y las noches son más cálidas.
Hoy se me ha erizado el verbo de todo el cuerpo dos veces, y me ha parecido que hacía mucho más frío que esta semana pasada, y eso que hemos tenido una ola de frío polar y hoy volvía a hacer un poco más de calor. Escalofríos de esos que disfrutas y que desearías que no terminasen nunca porque, de algún modo, son los que te hacen sentir más vivo.
Las dos veces estaba escuchando Batiscafo katiuscas en el mp3.