03 marzo 2011

Jim Dodge sobre Thomas Pynchon y apéndice Medina Valcárcel

Cosas que tiene la vida, anda uno preparando un encargo con todo el placer del mundo y en la documentación se ha encontrado esta perla en la que Jim Dodge habla sobre su relación con Thomas Pynchon en una entrevista que le hizo Kiko Amat para el fanzine que codirige, La escuela moderna, donde aquel que esté interesado puede descargar el PDF completo. A buen entendedor...:
Por si a alguien le interesa, TP vivió en Trinidad, unas 12 millas al norte de Arcata/Eureka, en la época en que yo trabajaba en la librería local. El día que firmó el contrato de alquiler de su nuevo piso, su casera –a la que yo conocía- vino a la tienda y me preguntó si teníamos algo de un tal Pynchon, porque un tío que decía llamarse así y que afirmaba ser escritor había empezado a alquilar su piso.
Por supuesto, todo lo que había escrito estaba disponible, y yo le hablé largo y tendido de sus credenciales. Pero, aunque me hubiese encantado conocerle y tomar algo con él (yo no había empezado aún a escribir narrativa, pero por aquel entonces ya estaba pensando seriamente en ello y suponía que él podría darme algunos buenos consejos) decidí finalmente dejarle con su vida. Digo esto como evidencia de que no es el paranoico reclusivo que lleva disfraces y cambia de identidad semanalmente que dicen por ahí; mucha gente en la comunidad (algunos de ellos patrones de barcos de pesca, y carpinteros y lampistas y gente de clase obrera) le conocía bien, cenaba con él, iban a bares juntos y salían por ahí con él. Por todo lo que he oido, es buenacompañía, nada afectado, y escucha mucho más que habla. Así que en lugar de un snob frágil y reclusivo, quizás Pynchon sea lo que era para sus vecinos y adláteres de Trinidad: un tipo humilde y tímido que sabe que sería distorsionado por la maquinaria de la fama americana y que prefiere concentrarse en su obra en lugar de contestar preguntas inanes de la peña cultureta o de graduados que han leido demasiada teoría literaria francesa y no suficientes matemáticas o ciencia. La primera regla del escribir es escribir, y puesto que él basa gran parte de su trabajo en hechos históricos y es un investigador meticuloso, no le sobra tiempo para ir a hacer el numerito en el Today Show (aunque, eso sí, he oído que salió en The Simpsons). En Estados Unidos no puedes permitir que se te convierta en una comodidad pública, porque serías consumido. Así que personalmente le aplaudo por eludir lo que sería obviamente celebridad y adulación. Creo que da un gran ejemplo para los artistas jóvenes: la celebridad, como la lujuria, es “un gasto de espíritu y un desperdicio de vergüenza”. Quedáos en casa y trabajad.
Lo que me ha recordado las declaraciones que recogía El País sobre la concesión de un premio a Isidoro Medina Valcárcel que, tras agradecer el premio -de bien nacido es ser agradecido-, declaró:
Este reconocimiento quiere decir que lo hecho está reconocido y asimilado, eso quiere decir que ya no vale. A partir de ahora mi propósito será demostrar que no me merecía el premio.
Con tanta gente más preocupada por salir en las fotos que en trabajar, es una alegría leer este tipo de cosas.