15 diciembre 2007

Basta una conexión a internet


Comentaba el otro día que en estas fechas me refugio en mi casa, subo un poco la calefacción, me pertrecho de un montón de libros -gracias a los amigos editores que tan bien me cuidan- y me dedico a pasar horas y horas bajo la manta del sofá, leyendo sin que nada me moleste.
De todos modos, de vez en cuando me apetece escuchar a alguien, tener la sensación de que no se ha producido un desastre nuclear y anda uno sin saberlo, refugiado en su casa recibiendo la radiación que mis paredes no son capaces de filtrar. Y en esos momentos lo que hago es conectarme a Internet y disfrutar del último de mis descubrimientos. No es que haya conocido su existencia hace unos pocos días, no es eso, pero sí que es cierto que hasta que uno no ha tenido ADSL en casa, conocerlo no servía para nada. Se trata de MySpace. No, tranquilos, no voy a hacer una apología de la plataforma y del programa, etc.
Pero, desde luego, si un grupo sabe aprovecharlo es lo mejor que existe. Una de las bandas sonoras que me acompañan desde hace unos meses es Elvis Perkins -qué buen disco es Ash Wednesday- y gracias a sus MySpace -tienen varios- uno puede escucharles en directo. Por ejemplo en Elvis Perkins in Dearland hay unas versiones maravillosas. Lo mejor es tener siempre la ventanita abierta del navegador y dejarse mecer por ellos. Hasta las webs de los periódicos son más soportables así.
Ahora que lo mejor es el MySpace de Señor Chinarro. Ya ha confesado uno aquí los problemas que tengo con Antonio Luque. Como todavía no está tipificada como adicción por parte del Colegio de Psicología no me dan la baja en el trabajo, así que me tengo que arrastrar por la web buscando nuevas dosis. Pero Luque, que es generoso, se ha marcado cinco -sí, no es broma, cinco- maquetas en su página para que los adictos nos calmemos un poco. O quizá no, tal vez es mucho más ladino y lo que está haciendo es regalarnos unas dosis para que salgamos corriendo a la tienda de discos en el mismo momento en que sepamos que hay nuevo disco grabado y convenientemente empaquetado. Es lo que tiene el mono, que ya no sabe uno por qué hace la gente las cosas, si es por generosidad o realmente nos están haciendo el lío.
Pero bueno, con estas cosas se olvida uno de toda la gente que pasea por mi calle con unos cuernos de reno o alce... No soy zoólogo, la verdad, así que a mí me parecen personas.