07 diciembre 2005

Viajar es maravilloso

Tampoco puedo hablar demasiado porque no lo he vivido, pero me gustaría saber qué hacía la gente antes de que existieran las mayoristas de viaje, que han abaratado los precios de los viajes hasta permitir que cualquier burgués normalito -y ojo que no me parece mal que lo hayan hecho, tanto un rico como un trabajador tienen derecho a conocer la Gran Muralla China- pueda aprovechar el veraneo, los puentes y demás días libres para salir de viaje.
Lo digo porque todo el mundo me pregunta dónde voy a ir este puente, y cuando les digo que a ningún sitio me miran como si me hubieran salido unas branquias junto a la cabeza o algo así. A mí me parece maravilloso tener unos días para estar en casa, levantarme tarde y leer algo. De hecho no creo que estar comprobando que el coche está bien, hacer reservas de hotel y/ o avión, meterse una paliza de varias horas de viaje y luego estar tres o cuatro días andando arriba y abajo para ver todo lo que se ha señalado en la guía turística sea un descanso. Y volver la noche anterior del día en que uno tiene que volver al trabajo medio muerto y agotado es un desastre.
Yo prefiero quedarme en casa, meterme en la cama -si puede ser acompañado mejor, sino me vale un libro, no hace falta ni que sea bueno- y santas pascuas.
No conozco otro ocio que no sea el no hacer nada.