28 febrero 2006

Alí Polanco y los cuarenta académicos ladrones

No es broma, son cuarenta los académicos actuales.
No hace mucho tiempo disertaba por estos lares acerca de lo pedigüeños que son algunos trabajadores del cine y demás. Uno de los lectores más brillantes y animados del blog ha tenido a bien hacerme llegar cierta información que desconocía. Es, sencillamente, los medios por los que se financia la RAE.
Lo curioso de la RAE es que es una institución formada por viejas glorias -y a veces no tan glorias, y últimamente no tan viejas- que siempre sacan a relucir lo poquito que ganan por ser académicos, y están siempre dejando muy claro que, de dedicarse a esto, lo hacen por afición, quitándole el tiempo a la labor que les debe servir para dar de comer a sus hijos -por cierto, cómo es que los hijos de los artistas comen mucho más que los del resto de los profesionales.
Pues bien, resulta que la RAE se financia por una fundación formada por una serie de empresas que obtienen numerosos beneficios fiscales por su patrocinio y que cuentas con empresas como Telefónica (que sufragó el coste del Panhispánico), el Grupo Vocento, el Grupo Prisa, Caja Duero, IberCaja, Caja Madrid, Santander Central Hispano, Repsol YPF, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, Fundación Endesa, El Corte Inglés, IBM, Iberdrola, Grupo Leche Pascual, Endesa, Fundación La Caixa, Espasa Calpe, Editorial Castalia, SM Ediciones, Fundación Santillana o Círculo de Lectores. Y, por supuesto, la contribución de todos los españoles a través de impuestos.
Este dinero sirve para pagar los emonumentos de los académicos, los gastos de los trabajadores de la casa que van desarrollando la labor lexicográficas de los diccionarios de la casa, y demás gastos. O sea, que el diccionario de la Real academia está pagado, como los están todos los demás que se van editando.
Cualquier internauta medianamente avisado sabe que el diccionario está siempre colgado en la red para realizar las consultas que el usuario estime oportunas, y siempre de modo gratuito.
Pero esto no sucede con el Panhispánico de dudas. Editado por Prisa -como todas las obras de la RAE de un tiempo a esta parte, desde que García de la Concha se largó/ le echaron de Espasa-, donde trabaja el que fue mano derecha de García de la Concha, este diccionario, cuya realización ha pagado ya una empresa y debería ser de acceso gratuito -me parece muy bien que cobren la impresión, pero no el contenido digital- no está disponible en la web.
Total, que ya tenemos un bandolero más grande que todos juntos, el amigo Polanco, que sigue siendo el que más caja hace aprovechándose del dinero de todos los españoles. Para enterarse bien de lo que he comentado en este post dirigiros a http://addendaetcorrigenda.blogia.com/
Exijo, desde aquí, el acceso inmediato a un recurso que hemos pagado todos, y que la Real Academia deje, desde ya, de ser una sociedad para el lucro de unos pocos.